NORTE DE PORTUGAL

10 imprescindibles de Guimarães

Conoce la ciudad a través de su historia

La preciosa ciudad norteña de Guimarães, donde se dice que nació Portugal, tiene tantas cosas que ofrecer que es prácticamente imposible reunirlas todas en una sola lista. Aún así, en este artículo he recogido 10 lugares imprescindibles que bajo mi punto de vista debes conocer si visitas la ciudad, acompañados todos ellos de un trocito de historia de la ciudad para que puedas conocer Guimarães a través de sus monumentos y rincones más importantes ¿estás preparado para adentrarte en la historia de Portugal?

Largo do Toural

Si hay un lugar en Guimarães en el que podrás sentir el pulso de la ciudad ese es sin lugar a dudas “o Largo do Toural” (o Praça do Toural). Una preciosa y gran plaza donde observar la vida de los vimaranenses: el sabor de una conversación matutina en una terraza, el olor a café portugués inundando el ambiente, el bullicio de un turista que mapa en mano intenta encontrar la entrada a las murallas, un señor enfrascado en las últimas noticias de un periódico bajo la sombra de un árbol, coches dando vueltas a la manzana como si de un circuito de karts se tratase… ¡y la vida se abre camino en esta plaza!

 

 

Los orígenes de esta plaza sin embargo no son tan elegantes pues antes del siglo XVII no solo se encontraba fuera de las murallas de la ciudad sino que era el lugar donde se comerciaba con el ganado, por lo que puedes imaginarte cómo sería el terreno de esta plaza. Hoy en día es una preciosa plaza de elegantes edificios con amplios ventanales fruto de la remodelación sufrida durante el periodo de ilustración del siglo XVIII en el que estaban obsesionados con las plazas de amplias proporciones. 

 

Largo da Misericórdia

Si atraviesas la antigua puerta de la muralla conocida como Porta da Vila (cuyo nombre está grabado en el suelo) llegarás a otra de las plazas más famosas de Guimarães: “o Largo da Misericórdia”. Su nombre se debe a la presencia en uno de sus extremos de la Igreja da Misericórdia, una iglesia manierista del siglo XVI que parece gobernar toda la alargada plaza y que da origen a su vez a la Rúa da Raínha, una bonita calle en honor a la reina Dona Maria II quien en 1853 le otorgó la condición de ciudad a Guimarães.

 

Praça da Oliveira

Situada a escasos metros a pie de Largo da Misericórdia, llegarás al lugar exacto donde se cree que nació Guimarães: la Praça da Oliveira.  Esta pequeña y coqueta plaza de casitas de colores y balcones de madera es el lugar en el que se encontraron los primeros vestigios de población de la ciudad  con la edificación en el siglo X ( por orden de la Condessa Mumadona) de la Colegiata de Nossa Senhora da Oliveira. 

 

 

Pero la historia de esta Plaza no acaba aquí ya que en uno de sus extremos encontrarás un imponente monumento gótico conocido como Padrão do Salado, mandado construir en 1340 por el rey Dom Afonso IV “o Bravo” conmemorar la Batalha do Salado que tuvo lugar ese mismo año en la actual ciudad de Cádiz y en la que las fuerzas militares cristianas de España y Portugal se unieron para vencer a las tropas musulmanas del Reino de Granada y Norte de Marruecos y expulsarlos de la Península Ibérica, siendo una de las batallas más importantes del último periodo de la Reconquista. La cruz que se encuentra en su interior sobre un pedestal es posterior y fue ofrecida a la ciudad 9 años después por un comerciante vimaranense llamado Pedro Esteves.

 

 

Paços do Concelho

Uniendo la Praça da Oliveira con la Praça de Santiago se encuentra este precioso edificio de soportales cuya construcción comenzó en el siglo XIV, en tiempos del rey Dom João I. Conocido también como ” a Casa da Arcada” (debido a sus soportales) este monumento que funciona como nexo de unión entre ambas plazas era el lugar desde el que gobernaban los hombres de la ciudad entre los siglos XVI y principios del siglo XX, puesto que cumplía la función de Cámara Municipal (ayuntamiento). Quizás pueda parecerte un edificio “lógico”, un lugar donde albergar el ayuntamiento pero lo cierto es que en la Edad Media no existía la idea de reunirse en un edificio específico para gobernar o tomar las decisiones importantes sobre la ciudad.

 

 

En la parte superior de la fachada principal se colocó en 1877 la estatua de un guerrero con dos caras que según la leyenda representaría la doble contribución de los vimaranenses en las conquistas de África. Actualmente este edificio está destinado a albergar la Delegação do Touring Cultural & Paisagístico e dos Patrimónios, da Entidade Regional do Turismo do Porto e Norte de Portugal.

 

Praça de Santiago

La Praça de Santiago es mi plaza favorita de la ciudad y cuando la veáis entenderéis por qué: sus casitas de colores, sus balcones de madera iluminados cada noche con guirnaldas de cálidas luces y el ambiente tan especial y mágico del lugar hacen de esta plaza uno de los rincones imprescindibles que ver en Guimarães. La plaza como os decía se caracteriza por los elementos de la arquitectura popular de los siglos XVII y XVII (como los balcones de madera) que recuerdan en ocasiones a las casas de algunas regiones francesas de origen medieval. 

 

 

Sin embargo, los orígenes de esta plaza se remontan mucho tiempo atrás ya que en el centro de la plaza se cree que existía un templo dedicado a Ceres: la diosa romana de la agricultura de las cosechas y de la fecundidad. Este templo daría lugar más tarde a la Capela de Santiago que fue demolida en el siglo XIX aunque, si te fijas bien, su diseño todavía puede verse en el suelo de la plaza. Durante un tiempo llega incluso a conocerse como Praça do Peixe ya que aquí existía un importante mercado de venta de pescado.

 

Centro Histórico

La parte considerada como Centro Histórico en Guimarães comprende toda la zona delimitada dentro de los muros de la antigua muralla. Un increíble conjunto patrimonial repleto de maravillosos edificios que a día de hoy se siguen conservando de manera armoniosa, no solo los más “conocidos o importantes” a nivel cultural sino también las edificaciones más sencillas como las casas que conforman las plazas de la ciudad, los arcos que unen algunas calles o las losas que conforman el suelo de la ciudad.

 

 

Un casco histórico que por momentos te hace creer que te encuentras en otra época, a veces en la Edad Media otras en una época un poco más señorial pero en todas ellas sientes el personaje de una novela antigua. Y entre elegantes palacios, coquetas iglesias, imponentes torres y antiguas calles medievales el centro histórico de la ciudad de Guimarães fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 2001.

 

 

Castelo de Guimarães

El Castillo de Guimarães fue levantado sobre el Monte Latito (del latín “alpiste latitus”, el nombre que aparece en los documentos de la época) y más conocido como la “Colina Sagrada” por los vimaranenses. Su construcción, en la segunda mitad del siglo X por orden de la Condesa Mumadona Dias. , se llevó a cabo en madera y tierra por lo que en el siglo XI tuvo que ser reconstruido (esta vez en piedra) para evitar su total deterioro.

 

 

 

Esta condesa (de la que se dice que era gallega) tenía el objetivo de proteger a la población de los constantes ataques de los vikingos por el norte y de los musulmanes por el sur, por lo que la construcción de este castillo le otorgaba un puesto de vigilancia perfecto para defender Guimarães. Durante muchos años, el castillo jugó un importante papel en la defensa del joven Reino de Portugal ante las amenazas de Castilla que intentaban hacer peligrar su reciente independencia. Sin embargo, las nuevas tácticas bélicas hicieron que el castillo perdiese gran parte de su función defensiva hasta quedar prácticamente abandonado. No sería hasta el siglo XX cuando volvería a recuperarse el castillo y sería clasificado como Monumento Nacional.

 

 

 

 

Paço dos Duques de Bragança

A pocos metros del sobrio Castillo de Guimarães se encuentra una preciosa, lujosa y elegante casa señorial del siglo XV: el “Paço dos Duques”. Este majestuoso palacio fue mandado construir por Dom Afonso (hijo bastardo del rey Dom João I y primer Duque de Bragança) para su esposa Dona Constança de Noronha, de la que las malas lenguas dicen que era su amante aunque el palacio comenzó a construirse en 1420, justo el mismo año en el que el duque contrajo matrimonio con ella. El estilo de este palacio, que recuerda ligeramente a la arquitectura de otros países como Francia o Inglaterra, podría ser reflejo de sus innumerables viajes por Europa.

 

 

Con el fallecimiento de Dom Alfonso en 1461, la duquesa viuda continuó viviendo en el palacio hasta su muerte en 1480 y durante esos casi 20 años dedicó su tiempo a la vida religiosa y a la ayuda de personas con escasos recursos, llegando a convertir el palacio en un gran albergue permanente abierto a las personas más necesitadas. Sin embargo, a partir del siglo XVI el palacio fue cayendo en el abandono: los Duques de Bragança de la época dejaron de emplearlo como vivienda,  en 1666 se le autorizó a los monjes capuchinos de Guimarães la utilización de bloques de piedra del palacio para construir su propio convento y en el siglo XIX durante las invasiones francesas fue utilizado como cuartel militar. Hasta que entre 1937 comenzó su reconstrucción, fruto del programa salazarista de “requalificação” de los monumentos portugueses y que le otorgaría el aspecto que tiene en la actualidad.

 

Igreja da Nossa Senhora da Consolação e Santos Passos

En lo más alto del “Largo República de Brasil” (más conocido como Campo da Feira) se encuentra una imponente y elegante iglesia de estilo barroco diseñada por André Soares en 1769 aunque no terminaría de construirse hasta octubre de 1785. Sin embargo, sus orígenes se remontan a unos 200 años atrás ya que en el lugar donde se construyó esta iglesia existía una pequeña ermita dedicada a Nossa Senhora da Consolação que data del año 1576.

 

Esta iglesia es muy particular, no solo por su situación elevada al final de esta calle que le otorga una especie de posición dominante sobre toda esta zona de la ciudad sino porque su arquitectura es muy original: su fachada ligeramente curvada y sus torres puntiagudas del siglo XIX la convierten en uno de los monumentos religiosos más importantes y reconocibles de Portugal.

Santuário da Penha

El Santuário da Penha es como una especie de faro de Guimarães pues es lo primero que divisa el visitante al entrar en la ciudad por carretera. Se encuentra situado en el Monte da Penha (de ahí su nombre), el lugar más alto en varios kilómetros a la redonda y dista unos 7 km de la ciudad de Guimarães, por lo que para acceder a él lo más cómodo es llegar hasta lo más alto en coche o utilizar el teleférico (aunque si te apetece puedes subir a pie).

 

El santuario, que está dedicado a Nossa Senhora do Carmo,  fue construido en los años 30 en estilo Art Decó por el arquitecto Marqués da Silva y es un importante lugar de peregrinación en Portugal que se celebra cada año, el segundo domingo de septiembre.